Convertida a nivel histórico en una de las más fértiles canteras de ultraderechistas, Alcalá de Henares (Madrid), la ciudad que vio nacer a Miguel de Cervantes, vive en una calma tensa tras la “caza al migrante” impulsada por grupos de extrema derecha el pasado fin de semana en Torre Pacheco (Murcia). La violación sufrida por una joven de 21 años a manos, presuntamente, de otro joven maliense de la misma edad residente en el Centro de Atención, Emergencia y Derivación (CAED) de migrantes de la localidad madrileña ha desatado los peores augurios de los antirracistas porque la derecha y la extrema derecha están intentando utilizar el ataque para esparcir su odio.

Grupúsculos neonazis como Núcleo Nacional, Frente Obrero o Revuelta, las juventudes de Vox, han llevado la exigencia del cierre del centro hasta las puertas del mismo. Entre soflamas y cánticos franquistas, así como a favor de la deportación masiva de migrantes, sus protestas en la ciudad complutense siempre han terminado con disturbios con la Policía. Este sábado hay una nueva movilización en marcha en el mismo lugar y por el mismo motivo. Mientras tanto, colectivos y militantes políticos alcalaínos alertan de un caldo de cultivo peligroso que puede hacer reverdecer el pasado ultra de la ciudad en cacerías racistas como las de la localidad murciana de Torre Pacheco.
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