Llega el verano y el ERTE continúa. “¿Qué pasará con mis vacaciones?”, es una de las preguntas más frecuentes que asaltan la cabeza de aquellos trabajadores que continúan con su contrato laboral suspendido temporalmente. Empezando por el principio, es necesario diferenciar si el ERTE es de reducción de jornada, caso en el que las vacaciones se mantendrían inalteradas, o de suspensión de jornada, en el que las vacaciones no se van a disfrutar.
En este sentido, Danés aclara que, desde el principio del estado de alarma, muchos empresarios están intentado hacer triquiñuelas, como obligar a sus trabajadores a cogerse vacaciones en lugar del permiso retribuido recuperable, o que desde la empresa le dijeran que “como no podían trabajar, que se fuera de vacaciones”. Partiendo de la base de que las vacaciones dependen de lo establecido en el convenio colectivo, éstas siempre tienen que materializarse a través de un acuerdo.
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