Un siglo y medio después del inicio de su construcción, en 1882, todavía se desconoce cuándo estará terminado el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona. El arquitecto que se encargó de su diseño, Antoni Gaudí, sabía que moriría sin verla acabada. Desde entonces, varios han sido los que han dirigido la emblemática construcción para la que el mismo Gaudí dejó dibujos y maquetas detalladas antes de su prematuro fallecimiento. Pese a que todo parecía estar pensado casi al milímetro a finales del siglo XIX, el templo sí que ha ido sufriendo modificaciones con el paso de los años. Aquí no solo surge la pregunta de hasta qué punto la actual Sagrada Familia es de Gaudí, sino también hasta qué punto es negativo que esto no sea así.
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La Sagrada Familia sigue siendo un testamento vivo del genio de Gaudí. Sus formas únicas, la esencia de su visión arquitectónica, aún resplandecen en cada detalle de esta obra maestra inacabada.