La movilidad sostenible en las ciudades es una de las preocupaciones que, tanto a nivel político como social, más ha impregnado las políticas orientadas a disminuir los índices de contaminación. Más allá de las medidas impulsadas por la Administración pública, la ciudadanía ha tomado el impulso de organizarse en cooperativas que persiguen otro modelo de movilidad, en el que la posesión de un vehículo privado pasa a un segundo plano y en donde prevalece el llamado carsharing de vehículos totalmente eléctricos.

Diversos proyectos cooperativistas, en donde las personas asociadas son quienes deciden las medidas a tomar que a ellas mismas les afectarán, intentan que esta forma de moverse cale cada vez en más territorios.
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