Problemas en el paraíso. Así se podría titular lo acontecido en la Ópera de Madrid, en el Teatro Real, si no fuera por la gravedad del asunto. Mientras el público del patio de butacas y tribuna –las zonas más caras– se disponía a disfrutar del Baile de máscaras de Verdi con la correcta distancia de seguridad, el público de la zona del gallinero, llamada paraíso –la más económica y lejana al escenario–, veía cómo todas las butacas de su alrededor comenzaban a llenarse de espectadores y espectadoras, lo que hacía imposible mantener la distancia de seguridad.
Según Elena Pérez, una de las asistentes en el gallinero, la megafonía del teatro no han dado ningún tipo de explicación a lo que estaba sucediendo. Los acomodadores aseguraban igualmente que no tenían ningún tipo de información al respecto. “Según entraba la gente a la zona del gallinero ya se estaba dando cuenta de lo que pasaba. Una vez completo el aforo, donde no había ni un espacio libre, hemos visto que abajo, en las tribunas y el patio de butacas sí tenían bandas de seguridad, así que han empezado los gritos”.
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