Indignación, pero sin sorpresa. Ese es el sentir general de la ciudadanía de Torrejón de Ardoz, la localidad madrileña gobernada por una amplia mayoría del PP, apenas unos días después de saber que su hospital público, pero gestionado por la empresa Ribera Salud, lleva unos meses intentando aumentar las listas de espera para incrementar sus beneficios económicos. También han aparecido pruebas de que la dirección del centro ordenó reutilizar material sanitario de un solo uso –un extremo negado por la Consejería de Sanidad–, lo que ha levantado más temores entre sus pacientes. “Ahora te hacen sospechar”, dice una de las afectadas.

Esther Lamas ya se olía algo. “Últimamente se notaba cierta gestión deficiente. Ibas al hospital y estaba desértico, no había nadie”, comenta. Ella, a sus 39 años, se queja de que el centro gestionado por Ribera Salud se quedó sin endocrino, pero nadie avisó. “En lugar de tener la revisión en diciembre de 2024 me acabaron viendo en septiembre de 2025. Me estaban haciendo pruebas porque no sabían qué me pasaba, así que imagínate mi preocupación”, explica.
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