La llegada de las vacaciones escolares veraniegas supone todo un reto para todos aquellos padres y madres que continúan con sus habituales horarios laborales. La imposibilidad de sufragar un campamento o dedicar tiempo de calidad a los más pequeños repercute duramente en su sociabilidad y salud. Ante esta realidad, muchos de ellos encuentran en las pantallas su más firme acompañante sin ser conscientes los peligros que entraña. La situación se agrava cuando ni los propios progenitores saben qué puede ocurrir cuando un menor encuentra refugio en el mundo digital.

Así lo expone el informe de la ONG Educo Niños de la llave III: La vida empantallada, que a través de una encuesta realizada a 2.316 familias de toda España con hijos e hijas de 6 a 13 años y la opinión de expertos, alerta del futuro en el que nos adentramos. Cada año, la exposición de los menores al mundo digital ha ido a más: “Mientras muchos padres no pueden estar compartiendo tiempo con sus hijos, estos encuentran en el ecosistema digital una escapatoria”, explica Macarena Céspedes, directora de Incidencia e Investigación de esta entidad.
Desde Educo resaltan dos rituales de paso sintomáticos: mientras la primera entrega de un móvil ocurre de media a los 9 años y 10 meses, la entrega de las llaves del hogar suele realizarse cumplidos los 11 años y un mes. “Igual que un niño de 9 años no está capacitado para hacer ciertas cosas y le acompañamos para que entienda cómo se tiene que relacionar o mover en ciertos espacios para estar seguro, tampoco lo está para tener un acceso ilimitado a internet, y es ahí donde encontramos la primera gran brecha”, desarrolla la experta.
Seguir leyendo AQUÍ
Comparte si te ha gustado: