La violencia política desplegada a partir del golpe de Estado de 1936 fue inusitada. Mucho se ha escrito sobre las víctimas y también sobre los victimarios. Pero todavía queda un hueco en la historiografía que, poco a poco, se va ocupando con lo que ocurrió en la retaguardia de las zonas en las que los sublevados no tuvieron resistencia, aquellos lugares en los que la represión triunfó desde el primer momento. En No vuelvas si no vences. Perpetradores y víctimas en la España del odio (Tecnos, 2024), Javier Gómez pone el foco en un caso concreto para ayudar a desentrañar el marco.
Este doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco (UPV) se centra en lo ocurrido en Laguardia, un pequeño pueblo de La Rioja alavesa con un acervo conservador presente desde 1812 y donde el carlismo predominaba como posicionamiento político. Siendo el tercer municipio más importante de la provincia, su raigambre tradicionalista pronto haría correr la sangre. Gómez aborda esta violencia y el contexto que facilitó que, llegado el momento, los perpetradores encontraran unos brazos ávidos de ejecutar sus deseos.
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