Cipriano Martos llevaba 21 días ingresado en el hospital Sant Joan de Reus, pero nadie había avisado a su familia. Desconocían que su querido hijo y hermano se había visto obligado a ingerir, durante el interrogatorio en el cuartel de la Guardia Civil, el ácido sulfúrico que encontraron en su casa cuando fue detenido el 25 de agosto de 1973. Este treintañero murió de la misma forma que vivió sus últimos años: militando en el Partido Comunista de España Marxista-Leninista (PCE ML) y el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP). Esta vez, la Guardia Civil le había detenido por repartir propaganda contra el régimen franquista.
| Antonio Martos, hermano mayor de la víctima, sostiene un retrato de Cipriano, con los trabajos arqueológicos de excavación de la fosa al fondo, tapados por una malla verde. | ROGER MATEOS. |
Natural de un núcleo de casas cercano a Loja, en Granada, Martos provenía de una familia de campesinos pobres, marcados por el analfabetismo. Cuando nació, en 1942, el hambre de la posguerra azotaba el sur. En 1969 decidió migrar a Sabadell junto a su hermano Antonio para dedicarse a la construcción. Una nueva vida empezaría para él: la combatividad de la ciudad y su fuerte movimiento sindical, junto a las nuevas opciones culturales y sociales que se encontró, le terminarían de alejar de sus raíces.
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