El Premio Cervantes se entrega desde su primera edición en la localidad madrileña de Alcalá de Henares, fruto del empeño de la concejal de Cultura de ese municipio en 1976, Asela Sanz, que en vísperas de que este año lo reciba Luis Mateo Díez recuerda cómo se decidió que la ceremonia para que lo recogiera Jorge Guillén en 1977 fuera el paraninfo de la universidad.
Asela Sanz en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, lugar de entrega del Premio Cervantes.- Guillermo Martínez |
“Yo me enteré por el periódico. Vi que habían creado un premio que llevaría el nombre de Cervantes y que aspiraba a ser el Nobel de literatura en español”, recuerda Sanz a sus 88 años.
“Hablé con todos los miembros del jurado que pude porque pensaba que el Paraninfo del Colegio Mayor de San Ildefonso, al que todavía no había llegado el rectorado porque la Universidad de Alcalá no existía, sería el lugar idóneo”, continúa.
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