Las crecidas inesperadas del arroyo del Arroyal de Arroyomolinos, un trabalenguas que a las familias cada vez les cuesta menos pronunciar debido a las veces que lo han tenido que repetir, causa grandes estragos en más de una decena de viviendas. Todo empezó con los temporales de diciembre de 2019, pero no sería hasta noviembre de 2021 cuando se desprendieron parte de sus fincas, colindantes con el río. Se cayó el suelo, y con él diversos enseres, casetas de jardín y hasta gallinas; los daños llegaron hasta algunas depuradoras de piscinas. La lucha se libra entre el Ayuntamiento de la localidad madrileña, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y el Canal de Isabel II. En medio, los vecinos de las calles Álamo y Alameda que ven cómo poco a poco sus casas se hunden a la espera de una solución.
Varias casas han perdido parte de su propiedad. (G.M.) |
Diferentes episodios de lluvias fuertes en el verano de 2020 no les dieron tregua. “Así llegó noviembre del año pasado, cuando se produjeron los derrumbes. Hay unas 18 viviendas afectadas y gravemente dañadas unas cinco. Algún vecino ha perdido hasta 70 metros cuadrados de terreno”, continúa la afectada. El problema surge a consecuencia del caudal del río, ya que la erosión del agua hace que el suelo cada vez sea más inestable hasta el punto de desaparecer.
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