Si la pandemia ha precipitado muchos procesos y dinámicas que estaban pendientes, la instauración del teletrabajo en un contexto de emergencia abre, de nuevo, el paradigma de la racionalización de los horarios. La desconexión, el aprendizaje de capacidades a nivel tecnológico por parte de los trabajadores y el control de las empresas hacia estos son algunos de los aspectos que de forma gradual se empiezan a vislumbrar en un horizonte en el que parece que todo va más rápido de lo esperado. La relación entre la situación de excepcionalidad que se vive a nivel mundial, la incertidumbre provocada por la crisis económica que se avecina y que ya comienza a causar diversos estragos y el cambio de hábitos y rutinas cotidianas hacen más necesario que nunca una transformación en cuanto a los horarios españoles.
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| No mires el reloj. (iStock) |
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