Marta Pérez nunca regresó a casa después de que el 28 de septiembre del año pasado se fuera al gimnasio de su ciudad, la valenciana Ibi. Aquella tarde cambió su vida para siempre, al igual que la de su familia. Tras terminar el entrenamiento, esta joven de 19 años recién cumplidos probó un batido con proteínas que contenía pistacho. Nada más ingerirlo, una amiga con la que estaba le acompañó al centro de salud más cercano. Allí la dispensaron rápido: una dosis de Urbason y a casa. No llegaron.
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Marta sobre una moto. Cedida
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Una vez recuperada, entró en un coma del que todavía no se ha recuperado y del que no hay pruebas de que lo vaya a hacer, según asegura el director médico del hospital de Alcoy. Desde entonces, Verdejo asegura que ha vivido un "calvario" por el trato que ha recibido por parte del personal médico.
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