Hubo un tiempo en la historia de España en que ver una librería ardiendo no se salía fuera de lo común. Primero, por aquellos neofascistas testigos de cómo el franquismo terminaba y una nueva democracia nacía cuando en los escaparates volvían a exhibirse libros de exiliados o escritores censurados hasta entonces por el régimen. Después, por la banda terrorista ETA, que durante los años de la socialización del sufrimiento intentó amedrentar, también mediante boicots, aquellos establecimientos culturales que se salían de su férrea línea ideológica.
La librería Antonio Machado, en Madrid, fue objeto de ataques por parte de la extrema derecha durante los últimos años de la dictadura. Foto cedida por Gaizka Fernández Soldevilla. |
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