Merçona, cuando todo aquello ocurrió, no entendía nada. Los miércoles y sábados iba a la prisión a ver a su hermano, hasta que un tribunal franquista lo mató mediante garrote vil. Salvador Puig Antich se convirtió en el último antifranquista asesinado por el régimen con este método inhumano. Con el paso del tiempo, pues ella entonces tenía 13 años, se dio cuenta de la gravedad de lo sucedido, pero también del olvido, menosprecio e inacción por parte del Estado español para esclarecer realmente lo ocurrido. Merçona, también, es una de las 15 víctimas que se dan cita en Víctimes en so de pau (Pagès editors, 2021), monografía elaborada por Àlex Romaguera que aúna a familiares de víctimas que claman por la verdad, la justicia y la no repetición, además de reivindicar que todas ellas, como víctimas, tengan el mismo reconocimiento.
La completa monografía registra testimonios repletos de dolor, pero también esperanza, basados en la justicia positiva. En sus páginas convive el llanto de víctimas de ETA, los GAL, grupos fascistas, del 11-M e incluso de funcionarios del Estado. En sus páginas convive, también, el grito de unas personas que no se resignan al castigo, la venganza y la politización constante de sus muertos.
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