El nuevo hospital Isabel Zendal, promovido como la última construcción megalómana por parte de Díaz Ayuso, recoge en su expediente una gran ristra de quejas por parte de la sociedad civil y sindicatos. La edificación, manchada de sangre desde que dos operarios murieran mientras trabajaban en ella, reproduce una serie de contradicciones en el Gobierno de la Comunidad de Madrid que empiezan a pasar factura incluso meses antes de su inauguración. La última, por parte del sindicato SummAT, conformado por los trabajadores del servicio de urgencias y emergencias sanitarias de la región: “El gerente actúa como en la época feudal, como si fuéramos de su propiedad pudiendo decidir sin consultarnos antes dónde nos van a ubicar mientras los centros de urgencias de atención primaria aún continúan cerrados desde marzo”, comenta Rosa López, delegada sindical en el Servicio de Urgencia Médica (Summa 112).
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Una de las ambulancias a la llegada con un paciente
al Hospital 12 de octubre. ÁLVARO MINGUITO
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