Las imágenes del suburbano madrileño convertido en refugio civil ante los bombardeos que asolaron la capital por parte del bando sublevado durante la Guerra Civil han pasado a la historia. Sin embargo, mucho más desconocidos son los otros usos que tuvo el metro a lo largo de la contienda, administrado por un consejo obrero formado por sindicatos y que llegó a utilizarse como método de transporte de artefactos bélicos, explosiones con cientos de víctimas mediante. Ahora, Luis María González, antiguo trabajador del metropolitano a lo largo de más de cuatro décadas, publica El Metro de Madrid durante la Guerra Civil (La Librería, 2025), una extensa investigación con nuevos hallazgos en la que repasa hasta el más mínimo detalle de esta historia todavía algo escondida.
Natural de Valdetorres de Jarama, llegó a Madrid con 12 años, en 1972. Cuando González comenzó a investigar hace ocho años sobre el pasado de la empresa en la que siempre ha trabajado, no se imaginaba que sus averiguaciones terminarían recopiladas en un libro. Lo primero que recalca el autor es la gestión del Metro durante la Guerra: "Como tantas otras, la empresa fue intervenida por el Gobierno y su consejo de administración desapareció".

En un primer momento, el nuevo consejo obrero estuvo integrado únicamente por miembros de la UGT. No fue hasta febrero de 1937 que se creó un comité de control de ese consejo, ya con integrantes tanto del sindicato fundado por Pablo Iglesias como de la CNT. "Consiguieron una gestión total de la empresa con la idea fija de que, cuando terminara la guerra, el metro pudiera seguir funcionando y no tuviera que partir de cero", explica.
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