El golpe de Estado había fracasado en Catalunya. Superados los primeros días desde aquel 18 de julio insurreccional, la guerra se tornaba una realidad a tenor de lo sucedido en otras regiones del país. En la capital catalana, al igual que en Madrid, la sublevación fracasó, y partidos políticos y sindicatos se prestaron raudos a organizar la defensa de la legítima República. El primer objetivo de las columnas milicianas que partieron de Barcelona fueron las tres capitales de provincia aragonesas, donde los combates se recrudecen al principio de la contienda. Centenares de combatientes caen heridos a kilómetros de los hospitales en los que les pueden tratar: ahí comienza la historia del tren medicalizado número 20, el único preparado quirúrgicamente y que llegó a salvar la vida de un millar de combatientes.
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| Imagen de Rafael Pulido Cuchi. — Cedida por la familia |
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