Había que actuar con rapidez. El centro de España estaba cubierto de nieve y centenares de trabajadores se vieron obligados a doblar, triplicar, cuatriplicar sus turnos. Eran esenciales y no esenciales. El capitalismo no entiende de meteorología. Las horas pasaban y muchos lugares permanecían incomunicados. La comida comenzaba a escasear en ellos mientras las máquinas quitanieves se afanaban en despejar las carreteras de mayor tránsito. Hospitales y residencias fueron la prioridad. Mientras tanto, en unas cocinas de Santa Eugenia, en el madrileño barrio de Vallecas, varios voluntarios trabajaban incansablemente. Son voluntarios de la ONG World Central Kitchen (WCK), comandada por el aclamado cocinero José Andrés, y que se despliega donde haga falta cuando se producen algunas situaciones sobrevenidas como el histórico temporal que asoló Madrid por unas horas.
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Una voluntaria de World Central Kitchen — Pepa Muñoz
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