Se ha cumplido una semana desde que los trabajadores que se encargan de repartir la prensa escrita en la Comunidad de Madrid han hecho un paro coordinado e indefinido. Todo empezó cuando Boyacá, la empresa que gestiona el transporte, se negó a ceder lo más mínimo en lo relativo a los recortes que piensan hacer a los repartidores a partir de este 31 de agosto. Dichos recortes suponen la eliminación de 130 puestos de trabajo, el 50% de los actuales, y reducir hasta la mitad el salario de
los trabajadores que se quedarían. Por ello, los afectados, reunidos en asamblea y en la propia central operativa de la empresa en Torrejón de Ardoz, decidieron empezar una huelga nunca antes vista.
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