Ni siquiera en el vestuario del Real Madrid, equipo en el que llegó a ser capitán, pasó desapercibido. Él fue uno de los que protagonizó, allá por los años 20 del siglo pasado, el debate sobre la profesionalización del fútbol. No podía ser de otra forma: Patricio P. Escobal (Logroño, 1903) siempre defendió que eran trabajadores, como otros cualquiera, y que el negocio movía mucho dinero para lo poco que recibían los futbolistas.
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Patricio P. Escobal, tercero por la izquierda, junto a sus compañeros
del Real Madrid en una imagen de 1926 en una crónica
de 'El imparcial'. — BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA
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Pasó por los tres centros de internamiento que los exaltados habilitaron en Logroño. Terminó condenado a muerte, aunque finalmente fallecería exiliado, en Nueva York, a los 98 años. En 1968 se atrevió a contar su experiencia, aunque originalmente en inglés, por miedo a que el régimen tomara represalias contra su madre, aún viva en España.
El único libro que escribió mediante ese estilo inevitable de la primera persona, inconfundible para los protagonistas y actores de los hechos históricos, lo tituló Las sacas. Ahora lo reedita la editorial Pepitas de calabaza, con un profundo análisis a modo de epílogo en donde se reúnen un especialista en la figura de Escobal, otro en la represión sufrida en La Rioja y una más en literatura del exilio.
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