Cansados del clic fácil y los bulos virales que solo benefician a la derecha y extrema derecha, cinco jóvenes treintañeros han decidido hacer frente a la guerra digital a través de un perfil en Instagram que ya acumula más de 160.000 seguidores. Su nombre es en sí mismo una declaración de intenciones: WOKE UP. “Queríamos reapropiarnos del término woke y cargarlo de un contenido político mayor, que no sea algo que se utilice para reírse de la gente de izquierdas”, explican sus impulsores.
El perfil recoge un contenido muy variado: desde, por ejemplo, una pregunta al agitador Vito Quiles sobre el genocidio en Gaza, hasta el recuerdo de personas asesinadas por agentes de la Policía durante la Transición; desde el desmentido de bulos hasta la visibilización de temas más allá de la M-30 madrileña. A veces, con una pequeña dosis de humor, sus vídeos empiezan a competir con los productos fabricados por el espectro más conservador, incluso reaccionario, que puebla las redes.

“El crecimiento que hemos tenido ha sido una sorpresa, porque todos nosotros tenemos nuestro propio trabajo más allá de WOKE UP”, explica Álvaro López, doctor en Literatura Hispánica e ideólogo del proyecto. Actualmente, el perfil conjuga vídeos de algunos de sus integrantes hablando a cámara con otros que apoyan el contrarrelato que quieren dar a conocer. Su objetivo es crear un contenido atractivo que ayude a entender el mundo desde una perspectiva alejada de los intereses del poder.
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