Más allá de la triangulación artística por excelencia en Madrid que crean los museos Reina Sofía, Prado y Thyssen, existe en la capital toda una opción cultural que suele pasar desapercibida. Madrileños y turistas, todos imbuidos en el frenesí de la ciudad, dejan de conocer grandes lugares en el que se exponen diversos tesoros: estuche con pistolas del Romanticismo, joyería con pelo humano, la única cámara fotográfica que inmortalizó el atentado contra Alfonso XIII el día de su boda y hasta un piano herido con metralla de la Guerra Civil. Bienvenidos y bienvenidas a un paseo por el Museo del Romanticismo, la Imprenta de Madrid y el Museo Cerralbo.

En la calle de San Mateo, concretamente en el número 13, se levanta el Museo del Romanticismo. Este palacio, que en su día fue el hogar del Marqués de Matallana, construido en 1776, cobija en su interior diferentes objetos que remiten a la vida y costumbres de la burguesía y aristocracia del siglo XIX. Una de ellas eran los duelos o lances de honor. "Se trataba realmente de una forma de resolver conflictos relacionados con ofensas al honor entre los caballeros de clase alta", explican desde este museo dependiente del Ministerio de Cultura.
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