Cuando dijeron su nombre al anunciar el ganador, Antonio Caro no se lo creía. Llegado a Róterdam desde Lebrija (Sevilla), su ciudad natal, a sus 33 años jamás imaginó que sería el campeón del mundo de micropigmentación en la categoría de reconstrucción de pezón-areola. Por sus manos han pasado decenas de mujeres que han sufrido un cáncer de mama y que, tras someterse a las agujas del eminente artista plástico, pueden llegar a mirar su cuerpo desnudo otra vez.
Ahora, Caro continúa desarrollando su trabajo en su propia clínica de la localidad sevillana, a la par que presta sus servicios en un hospital público. Su historia comenzó en 2013, cuando estudió un curso privado de higiénico-sanitario que le permitió realizar tatuajes y micropigmentación. Tras años trabajando en el sector y mediante un proceso de acreditación, adquirió la máxima cualificación profesional.
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