España es un país de viñedos. Miles de hectáreas sembradas de vides inundan regiones por completo, incluso aquellas zonas olvidadas, como las de Segovia y Soria, han vuelto a reverdecer con su uva característica. En un sector en el que la oferta supera a la demanda, las bodegas buscan ese valor añadido que haga que el consumidor se decante por su botella antes que por la de la competencia. Y en esto, los Rioja son los reyes de los caldos españoles. Entonces, ¿por qué hace unos días se dieron algunos titulares que decían que los de Castilla y León les habían superado en ventas?
La disputa procede de un informe de la consultora Nielsen IQ, encargado desde la Consejería de Castilla y León, que determina que los vinos de esta región habían desbancado a los Rioja de la primera posición, sobre todo por el tirón de la denominación de origen (DO) Ribera del Duero y la DO Rueda. La región castellana, de esta forma, se situaría líder del mercado nacional respecto a los canales tradicionales de alimentación y hostelería, con un volumen de ventas del 27,6%, mientras que los Rioja se quedan muy cerca, en el 27,5%. Pero, ¿por qué ha levantado tanta polvareda este análisis?
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