El cáncer de mama que detectaron a Mari Vilar no es lo que ha hecho que esta trabajadora de Eroski en Vilanova de Arousa, Galicia, y con 24 años de experiencia a sus espaldas, haya perdido el miedo. En cambio, sí lo ha conseguido el trato que ha recibido por parte de su empresa una vez superada su enfermedad, que la tuvo casi tres años fuera de su puesto laboral debido a otras complicaciones médicas añadidas. "Esto lo hago por todas las mujeres que están en mí misma situación, que las hay y que no pueden levantar la voz", dice. No le faltan razones: la compañía para la que trabajó durante cinco lustros le ha confirmado que no existe un puesto en sus tiendas que se adecúe a sus necesidades.
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Mari Vilar, la mujer a la que su empresa le da la espalda tras superar un cáncer de mama. Cedida
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