Hace más de dos décadas, José Mariano López Urdiales comenzó a meditar la idea de llevar turistas al espacio. Algo que cada vez está más en boga. Este ingeniero aeronáutico abrió un camino seguido después por otros. Unos 15 años al frente de Zero 2 Infinity le han hecho creer en la solidez del proyecto: elevar una cápsula de 400 kilos que transporte a cuatro pasajeros y dos pilotos a unos 36 kilómetros de distancia desde el suelo para contemplar la curvatura de la Tierra durante unas dos horas.
López siempre tuvo una relación especial con el espacio. Su padre, astrofísico del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España, siempre le mostraba las misiones espaciales en las que trabajaba. "Crecí en un entorno en el que el acceso al espacio era algo más habitual que en la mayoría de las familias", relata. Eso le llevó a estudiar ingeniería aeronáutica, donde consiguió el primer premio nacional fin de carrera y una beca para proseguir sus estudios en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.
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