Un viejo amigo me dijo hace muchos años que las antigüedades se guardan, se coleccionan, se aprecian, pero que para que algo sea considerado antiguo primero debe ser viejo. Y lo viejo se tira. Algo parecido piensa constantemente Martín Sobrados, un madrileño que desde los años 80 se ha afanado en acumular, más que coleccionar, bolsas de plástico y papel de los comercios de barrio.
Una fotografía de Martín Sobrados. Guillermo Martínez
|
En este objeto tan cotidiano se esconde todo un patrimonio gráfico que poco a poco se pierde. Por ello, Sobrados no dudó en donar todas sus bolsas en febrero de 2023 al colectivo Paco Graco, encargado de la restauración y preservación de la cartelería y los rótulos que un día poblaron nuestros barrios y que, ahora, van a menos debido al aterrizaje de grandes franquicias en los comercios de siempre.
Comparte si te ha gustado: