Aquel 12 de octubre de 2019 la estatua de Cristóbal Colón de Valladolid terminó manchada con pintura. La acción fue reivindicada por el colectivo Yesca, quien quería criticar el espíritu colonialista y expoliación de los pueblos originarios de América Latina aún imperante en la sociedad española. Casi dos años después, y pese a que el monumento quedó en perfectas condiciones tras su limpieza, Pablo Fernández se enfrenta a más de cinco años de prisión: la Fiscalía le acusa de ser el autor de los hechos, imputándole un delito contra el patrimonio histórico y otro contra el ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas.
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| Pablo Fernández en uno de los actos de apoyo realizado por los movimientos sociales de Valladolid. Foto: Plataforma Absolución Pablo |
Aquello, que fue una acción aislada dentro de una campaña para una fecha concreta, tuvo consecuencias cinco meses después. “El 13 de febrero de 2020 la Brigada de Información de la Policía Nacional de Valladolid me detiene en las puertas de mi domicilio, y no me sueltan hasta llegar casi a las 48 horas que me pueden tener detenido”, explica el joven, que en octubre de 2019 tenía 20 años.
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