Si los fenómenos climatológicos tan inusuales que estamos viviendo nos dejan alguna cuestión clara es que algo tenemos que hacer. Riadas, sequías y nevadas extremas llegarán a zonas que normalmente no sufrían este tipo de desastres naturales. Costará revertir la dinámica, o al menos minimizar el impacto del cambio climático, pero podemos hacerlo. En cada uno de nosotros vive una gota de este mar embravecido que se revuelve para evitar seguir la corriente. Así, gota a gota, formaremos todo un océano que cantará al unísono que no todo está perdido, que todavía podemos hacer algo. Y ese océano estará en lo cierto.
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