El apoyo mutuo no entiende de tiempos judiciales. La Justicia denegó a las sindicalistas de Las Seis de La Suiza la suspensión de las penas. Pueden entrar en prisión en cualquier momento. Para evitarlo, una oleada de hermanamiento se ha levantado por todo el Estado, incluso a nivel internacional. Están fuertes y no tienen miedo, dice el entorno de las afectadas. Cada paso hacia atrás que pueden sufrir se ve contrarrestado por las muestras de acompañamiento y que les brindan miles de personas. La última, este domingo 29 de junio, cuando en las calles de Xixón ha retumbado un solo grito: “Hacer sindicalismo no es delito”.

El conflicto comenzó a principios de 2017. En la pastelería La Suiza de Xixón surgió un problema con el empresario, que se negaba a abonar un dinero que debía a una de sus trabajadoras, afiliada a la CNT. La organización convocó concentraciones cerca del local y repartió panfletos. También se intentó reunir con él para llegar a un acuerdo cuando el dueño del negocio ya había interpuesto una denuncia en los juzgados.
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