Las elecciones de aquel 12 de abril de 1931 no solo iban a decidir el nuevo Gobierno en España. El llamado a las urnas, tras la dictadura de Primo de Rivera aceptada por Alfonso XIII, se convirtió en un verdadero plebiscito entre monarquía y república. El enfrentamiento estaba claro: la coalición republicano-socialista se medía a los grandes partidos monárquicos y tradicionales. Un día después, los rumores empezaron a predecir lo que para muchos era el destino inexorable para España. En las grandes ciudades ya se comentaba que las opciones republicanas habían ganado la batalla democrática. La ciudad guipuzcoana de Eibar, adelantándose a la oficialidad estatal del resultado, fue el primer lugar en el que se proclamó la Segunda República Española.
Los bomberos cambian el nombre
a la plaza de Eibar. — ARCHIVO MUNICIPAL DE EIBAR
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