Isaac Cuende era el primer repartidor de Glovo en Madrid en 2015. Dos años más tarde comenzó un periplo judicial que le llevó a ser, de nuevo, el primer mensajero de la compañía en perder ante unos tribunales una demanda en la que exigía el reconocimiento de relación laboral con la empresa, y no de autónomo. Ahora, en 2020, como no podía ser de otra forma y tras batallar en diferentes juzgados su postura, ha sido la primera persona a la que el Tribunal Supremo (TS) le ha reconocido esa pretendida relación laboral que existe, al igual que con él, con la de cientos de "riders" de este tipo de marcas que operan bajo plataformas digitales. "Yo lo llamo derecho de frontera, porque si te dan papeles, seguramente te seguirán explotando, pero sin ellos lo harán más y con menos derechos. Pues ahora ocurre lo mismo con los repartidores a los que se les ha metido dentro del Estatuto de los Trabajadores, que sufrirán como los demás, pero sin estar excluidos", adelanta Luis Suárez Machota, el abogado que ha defendido a Cuende desde la presentación de la denuncia hace cinco años.
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| Un rider de Glovo solo por la Diagonal / EFE |
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