El procedimiento comenzó en 2022. Sin embargo, el vecindario afectado no se enteró del mismo hasta febrero de este año. Desde entonces, miles de personas residentes en Colmenar Viejo y Tres Cantos se han movilizado para intentar frenar la planta de biogás proyectada en el primero de estos municipios. Ahora, el pleno del ayuntamiento colmenareño ha aprobado por unanimidad, aunque con la abstención del Partido Popular, reconsiderar la declaración de utilidad pública del proyecto. Mientras tanto, diversas asociaciones intentan conseguir lo mismo por la vía judicial.

Los dos grandes problemas que desde un primer momento los vecinos de estas localidades madrileñas encontraron a la planta están relacionados con su tamaño y distancia de las viviendas. La Plataforma STOP planta de Biogás Colmenar Viejo-Tres Cantos señala que el tamaño proyectado “multiplica varias veces los residuos orgánicos que previsiblemente generarán ambos municipios afectados y que, hoy por hoy, no se recogen de manera separada, ni será posible hacerlo en el corto plazo”. Además, inciden en que “no cumple siquiera las distancias mínimas recomendadas, ya que hay casas habitadas y negocios con trabajadores a sólo 300 metros y un instituto a unos 1.200 metros”.
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