Esos 11 libros siempre habían estado en su biblioteca privada. Desde que era pequeña, Carmen Ramón Tomás sabía que escondían una historia particular, que no eran unos libros al uso. Siempre que preguntaba por ellos, su familia le respondía con susurros. Eran bonitos, escritos a mano en su mayoría y, aunque ella no lo sabía, algunos de ellos suponían y suponen todavía la única traducción al castellano que existe de la publicación original. Pertenecían a su abuelo, Pascual Tomás, último secretario general de la UGT en el exilio y diputado del PSOE durante la Segunda República. Ahora, este tesoro se expone en la Escuela Julián Besteiro por la Fundación Anastasio de Gracia.
Imagen cedida por la Fundación Anastasio de Gracia
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