Cuando Ana Vázquez se enteró de que un coche había atropellado a un niño de seis años en la calle Fornillos, en el barrio de Usera, no le sorprendió. El pequeño murió al día siguiente. Ella es la presidenta de la Asociación de Familiares de Alumnado (AFA) de la Escuela Infantil Zofío, uno de los cientos de centros escolares en España que llevan años reivindicando una pacificación de su entorno para, precisamente, evitar este tipo de accidentes. “No queremos esperar a que haya un atropello delante de cada escuela para que la Administración haga algo”, reivindica.

El atropello de este niño se produjo el pasado domingo cuando apareció de entre dos coches e intentó cruzar la carretera por un espacio no habilitado para ello. El lugar del accidente se encuentra junto al parque Olof Palme, concurrido todos los días por centenares de niños y niñas, y situado a unos 50 metros de dos centros escolares: la Escuela Infantil Zofío y el CEIP República de Venezuela. “No solo queremos que haya más seguridad en los centros escolares, sino en todas las zonas que son frecuentadas por niños y niñas pequeñas”, introduce Vázquez. Lo primero que pensó cuando le llegó la noticia es que esa víctima podría haber sido cualquiera de sus hijos, de nueve y dos años. “Estos accidentes están relacionados con el diseño de las calles. No podemos pedir a criaturas tan pequeñas que su movilidad por el barrio implique tener tanta conciencia de por dónde pisan”, añade la presidenta del AFA.
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