Ainhoa Larumbe se acercó a fotografiar a cuatro compañeras encadenadas el 8 de marzo de 2021 frente al Parlamento navarro para denunciar que su presidenta se negaba a escuchar las demandas del movimiento feminista. Apenas eran las 12 de la mañana, tan solo quedaba una hora para que se incorporara a su trabajo como docente, al que nunca llegaría ese día de reivindicación. "Varios agentes de la Policía Foral nos empezaron a empujar y yo levanté los brazos y me quedé parada. Ahí me vi envuelta en una serie de empujones entre los que terminé agarrada por uno de los agentes, que tropieza y cae al suelo, a donde me arrastra con él", comenta la afectada. Segundos después, cuatro uniformados le inmovilizaron apresándole los brazos, las piernas y las cervicales. Terminó detenida por un presunto atentado a la autoridad: "Dicen que di una patada a un policía y la Fiscalía me pide 15 meses de prisión. Menos mal que tengo varios vídeos que desmienten esa versión", aduce la feminista.
Ainhoa Larumbe siendo inmovilizada por agentes de la Policía. / Mov. Feminista de Pamplona |
De nuevo, otro procedimiento judicial que prospera en los tribunales, en este caso en el juzgado de instrucción número dos de Pamplona, contra activistas sustentado por el testimonio de agentes de la autoridad cuya versión no respaldan más que con su palabra. "Las imágenes son muy claras, y menos mal que las hay porque si no estaría totalmente indefensa. Serán ellos los que tengan que probar que existió esa patada, pero que haya llegado hasta este extremo un caso así es una barbaridad, una atrocidad", agrega esta feminista de 47 años.
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