Se llama Uraclio, tiene dos años y merodea por la denominada alcarria madrileña. Desde hace unas semanas, pueblos como Villalbilla, Corpa, Santos de la Humosa y Anchuelo tienen un nuevo vecino. Se trata de un lince nacido en libertad en los montes de Toledo, una de las zonas con mayor población de esta especie. En otoño comenzará su periodo de celo, por lo que quizá le cueste encontrar una hembra con la que procrear. Si así sucediera, estaríamos ante el primer asentamiento de lince ibérico en la Comunidad de Madrid desde que se dio por extinta esta especie en torno a la década de 1980.

Laura Castro, responsable del Área de Hábitats y Especies Protegidas de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, da algunos apuntes sobre la corta biografía de Uraclio: "La Junta de Castilla - La Mancha decidió trasladarlo a un área de reintroducción de linces en Cuenca en febrero de este año". Fue a partir de junio cuando empezó a moverse, algo que suelen hacer los ejemplares jóvenes, que entran en una fase de dispersión antes de asentarse en un territorio.
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