Brillante estudiante, catedrático, protomédico real y precursor de la anatomía patológica. Francisco Valles de Covarrubias, nacido en dicha localidad burgalesa en 1524, pronto se estableció en Alcalá de Henares, donde se convirtió en uno de los mayores referentes de la medicina renacentista. Conocido como Divino Valles, su impronta en la ciudad todavía sigue presente, sobre todo después de redescubrir sus restos en 2011. Al dictado de su testamento, el cuerpo reposó en la capilla del Colegio Mayor de San Ildefonso hasta 1862. La Academia de Medicina halló sus restos y los introdujo en una caja de plomo, emparedada en la misma capilla hasta hace poco más de una década.
La conexión que Valles experimenta con la localidad complutense fue intensa y muy pronta, a tenor de lo expresado por el cronista oficial de la ciudad, Vicente Sánchez Moltó: "A sus 20 años comenzó los estudios en la Universidad de Alcalá. En 1547 se licenció en Artes y, en 1553, en medicina, de la cual se doctoró al año siguiente". Así las cosas, ostentó la cátedra Prima desde 1557 hasta 1572, momento en que el eminente renacentista se convirtió en médico de cama de Felipe II. Su título oficial fue el de protomédico general de los Reinos y Señoríos de Castilla.
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