Jesús Paniagua abrió su buzón a principios de septiembre y se encontró lo que esperaba: unas 15 cartas, justo las que había dejado de recibir los meses de verano. No fue ninguna sorpresa. En Valdemoro, donde vive, hubo cuatro carteros durante el periodo estival para las más de 80.000 personas que engrosan el padrón. Lo mismo se repitió en otras tantas localidades de la Comunidad de Madrid, tanto en ciudades grandes como en municipios pequeños. Los sindicatos alertan del deterioro del servicio público, mientras que desde la empresa sostienen que todo funciona con normalidad.
“De repente, vimos que a principios de verano dejaron de llegar las cartas. Pensamos que sería algo temporal, que habría menos actividad llegado el verano, pero la situación se agravó. Hubo gente que se tenía que ir de vacaciones y no le llegaban documentos necesarios para ello”, relata Paniagua, presidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios de Valdemoro (Acusval). Hablaron con los trabajadores. “Muy amablemente nos explicaron que, entre las vacaciones y alguna baja sin cubrir, la plantilla era muy escasa, y que su prioridad era repartir la paquetería, no las cartas”, añade.
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